Rewilding, retuertas y un caballo con futuro.

La mayoría de las veces las cosas importantes están ahí, escondidas o delante nuestra, pasando inadvertidas sin que nadie repare en su importancia hasta que alguien nos descubre que tras lo que aparentemente carece de valor se encuentra un tesoro del que podemos sentirnos orgullosos y debemos prote
Hasta hace bien poco el caballo de las retuertas de Doñana era una raza más de las muchas variedades  que existen en la península ibérica, con mayor o menor importancia social y económica este caballo había pasado tiempos mejores en las marismas e  inmediaciones del coto de Doñana, su momento de gloria como caballo de trabajo rústico en la marisma había terminado en favor de la maquinaria y las aptitudes de otras razas más adecuadas para los nuevos usos, afortunadamente un reducido número de esta raza se las apañaban para sobrevivir en las duras condiciones que imponen las marismas y saladares de Doñana.
Con un número estabilizado y creciente (casi el centenar de ejemplares)  la Estación Biológica tuvo el buen criterio de mantener  en completa libertad y aislamiento los últimos ejemplares de esta singular raza en la finca llamada Reserva Biológica de Doñana, antes de que se diluyeran geneticamente con su vecino el caballo marismeño o el pura sangre español.

Koalas, hombres y tiburones prehistóricos.



Hace pocos días, una amiga twitera cuya identidad la cabellerosidad me impide divulgar, me preguntó al saber de mi interés por la biología: «¿Por qué el hombre fue la especie q más evolucionó? ¿por qué no, los koalas o tiburones?»*

Uno espera media vida a que alguien la haga una pregunta así, esa es una de esas preguntas que uno confía responder sabiamente, habida cuenta del tiempo que uno dedica para disfrutar  de estos temas, sin embargo una vez llegado el momento uno termina quedándose ensimismado, sin saber como o por dónde comenzar, abordar la respuesta y con un temor bastante sospechoso de no hacerlo bien, casi similar a como cuando tenías que hacer un examen de un profesor al que idolatrabas y adorabas su materia y sabías de antemano que quizás el examen no estaba del todo preparado.

La pregunta puede parecer obvia «¿Por qué el hombre fue la especie que más evolucionó? ¿por qué no, los koalas o tiburones?» pero una pregunta mal formulada, difícil explicación tiene. Aunque el grado de evolución es perfectamente cuantificable caemos en el error  de   asumir, así de entrada,  que el "hombre" es el animal más dotado, más inteligente, y más chachi de todos cuantos pisan el planeta..., ¿que es una almeja al lado nuestra? o ¿qué representa un ratón frente a nuestra asombrosa capacidad de razonar, componer sinfonías, crear leyes (jurídicas) o resolver ecuaciones de 2º grado? (ya no te digo si además nos comparamos con un geranio), caemos de manera inevitable en nuestro propio egocentrismo específico y nos resulta muy difícil desprendernos de  esa mirada, que por encima del hombro, supone que todos los caminos llevan al al igual que a Roma llevan al "Hombre", desde el ciliado que habitaba en la charquita primigenia hasta  la extinción lógica de los torpes e ignorantes dinosaurios, extintos por su incapacidad congénita de no darse cuenta que para ser un inútil solo hay que ser grande y gordo (no tengo nada en contra de los "grandes y gordos" pero en el siglo XIX se pensaba así, los astutos y pequeños mamíferos eran más listos que los pesados y lentos reptiles). Frente a esto a veces es conveniente recordar que una imagen vale más que mil palabras para desprendernos de ese cliché casi congénito (el día que muchos pudimos aprender que el ser supremo de la creación no era otro sino el ornitorrinco).